Friday, April 27, 2007

DIA-LOGOS 2007

TÍTULO DEL PROYECTO dia-Logos

CREADO POR colectivo mnemocine

SITIO WEB colectivomnemocine.blogspot.com

CONTACTO mnemocine2005@yahoo.com

DESCRIPCIÓN Y OBJETIVOS DEL PROYECTO

La ideología de una época se define por lo que elige para adoptar como real.

La reflexión de la que nace esta propuesta tiene que ver con ese punto de no retorno en el que parece encontrarse el concepto de comunicación. Si nos remitimos a su génesis podemos ver que la palabra procede del latín communicare, sinónimo de comulgar. Comunicar suponía poner en común y participar. Pero en algún momento hubo una quiebra, ya en el siglo XVI la palabra comenzó a mutar significando también transmitir. Poco después la formación de los mercados nacionales y la construcción de vías de comunicación cambiaron radicalmente el sentido de communicare. La comunicación cambió de protagonistas: se trasladó del universo de las personas al mundo de los instrumentos . Quedaron atrás los sentidos de participar y compartir y se abrieron paso a empujones los sentidos de transmisión y medios que predominan hoy. A partir del siglo XVIII esta interpretación se vincula directamente con la producción y el consumo, el trabajo y el espectáculo, y se integra en la gestión técnica de la opinión y en el control de masas.

Entonces la quiebra de lo real, la quiebra de los sistemas de representación tradicionales, la imposibilidad de los discursos emancipadores... Es a partir de esa fractura que en gran medida supone el desarrollo de la fotografía primero, del cinematógrafo después, en la que gran parte de las artes se verán obligadas a repensarse, a reorganizar sus discursos y sus lenguajes, donde los sistemas de representación, tan ligados a la mirada desde el Renacimiento, empiezan a estar dotados de tiempo. Primero tiempo imperfecto, tiempo detenido, prueba de aquello que ocurrió, el “esto ha sido” con el que la fotografía emerge para destrozar el antiguo orden de la representación; después, el movimiento, el culmen del mito Frankesteiniano en el que la vida se desdobla frente a nuestros ojos para atraparlos, para seducirlos, para llenar ese vacío dejado por la imposibilidad de los relatos emancipadores.

Hoy, estas ilusiones cubren el mundo sin que podamos diferenciar lo real de lo imaginario y, al igual que los pájaros de Zenón, la humanidad parece alimentarse de dichas ficciones consumando así su propia alienación.

Pero a diferencia de aquella época, la representación de la realidad, dotada hoy de tiempo, se ha convertido en algo espectacular y, con ello, la realidad, en un hecho del que ya no podemos distinguir lo que de real habitaba en ello y sin embargo pareciera más cercano.

Lo real parece más cercano porque, nos dicen, está en cada casa: “hemos superado las fronteras del espacio y usted puede estar aquí y ahora viendo la guerra en directo, en tiempo real”.

En la “época de la Información”, lo real es cada vez más accesible al ojo del voiyeur que quiere ver la vida desde dentro, la experiencia desde el lugar en que ocurre, cuanto más cerca mejor. Es aquí donde el poder mediático tiene la alucinante posibilidad de constituir lo real al mismo tiempo que lo interpreta, es decir, producir los hechos que inmediatamente pasa a juzgar.

Pero ¿De qué estamos hablando al hablar de la realidad? de percepción del sujeto, de un ente divino y objetivo, de un proyecto mesiánico, de algo que tenga que ver con la verdad, de ideología... Como dirá Jorge Urrutia - la realidad no es sino una norma, una lectura codificada: lo que nosotros conocemos por realidad y que, al fin y al cabo, es la única que podemos apreciar. La percepción es una actividad condicionada culturalmente. Sólo vemos aquello que queremos ver y que nos han enseñado a ver. Las opciones ideológicas y políticas del que mira modifican esa percepción.”

Es decir, que siempre hay una percepción ideológica y política en esa búsqueda de lo real. En el caso de la imagen en movimiento, esto se dará en primer lugar en el autor, su propia mirada, porque la cámara, ese poderoso instrumento de representación, no es de por sí ideológico, es sólo una máquina y, aunque inscrita en la lógica de la tecnociencia, no es como pensaban en Cinethique un producto de ideología. Es el autor el que dotará a sus producciones de dicha ideología y, finalmente el espectador, cuyos condicionamientos culturales le preparan a mirar.

La representación de la realidad, que ha sido cuestionada desde Platón, precisamente en su punto más álgido, donde su desarrollo parece abrir posibilidades infinitas, en el periodo de entreguerras, sufrirá una quiebra fundamental. Frente al crecimiento de lo espectacular se fragua una propuesta que pone a las entonces nuevas formas de reproducción de la imagen como instrumento para deshacer la fantasmagoría que desde estos momentos empieza a crecer, y que llegará hasta nuestros días trayendo implícito el profundo fracaso de dicha propuesta: la sociedad espectacular en la que toda producción se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que era vivido directamente se aparta en una representación.

Sin lugar a dudas, el arma por antonomasia de esta sociedad del espectáculo ha sido la imagen, esa imagen capaz de adormecer la conciencia mediante la ficción de una realidad espectacular. El espectáculo es heredero de toda la debilidad del proyecto filosófico occidental que fue una comprensión de la actividad dominada por las categorías del ver, de la misma forma que se funda sobre el despliegue incesante de la racionalidad técnica precisa que parte de este pensamiento.

Por eso, hoy más que nunca, nos parece necesario buscar allí, en ese proyecto inacabado que supone la modernidad, esos enfoques que nos permitan poder mirar lo real sin girar la cabeza. En esta línea aparecen las propuestas de la vanguardia soviética, que en este momento será la que, de manera más radical, se proponga “romper el escudo entumecedor de la conciencia” desde ese otro orden que supondrán las posibilidades del discurso fílmico.

La propuesta que aquí presentamos trata de buscar en los proyectos que trabajan desde la realidad, una representación de ésta, destinada a subvertir aquello que entendemos por real y, en ello, hemos querido retroceder hasta el periodo de entreguerras, porque allí es donde una serie de proyectos surgen como opción a esa sociedad del espectáculo que comienza a estirar sus tentáculos. En ese momento se enuncia la necesidad de retomar un proyecto que “encuentre su legitimidad en un futuro que se ha de producir, en una idea a realizar.

Y para ello la necesidad de trabajar en red, la voluntad de entender la comunicación como relación, como medio (para decir) y fin a la vez (para encontrarse y reconocerse). Emisores y receptores encontrándose siempre en interacción, trazando complicidades y resistencias, que tienen mucho que ver con mundos simbólicos, intersubjetividades e imaginarios sociales de cada uno/a. Y así iniciar un camino que favorezca la concepción de proyectos capaces de generar pensamiento crítico a partir de la creación de equipos de trabajo mixtos, interdisciplinares, híbridos. Construir de forma colectiva y en red, un aprendizaje, participando activa y críticamente en la sociedad local y global; crear un espacio poroso, donde los ámbitos pedagógico y artístico puedan espontáneamente converger en un intento por retomar aquel significado inicial de communicare. Y a partir de aquí, con palabras de José Luis Brea:

Hacer emerger estructuras desjerarquizadas de medios que sean capaces de permitir una comunicación intensificada en el espacio público entre sujetos de experiencia, conocimiento y pasión, acariciando todavía aquella idea vanguardista de la comunidad de productores de medios

Régis Debray. La decisiva influencia del periodismo.La post-televisión.VVAA.
Icaria.
Javier Erro Sala. Comunicación y desarrollo.Hegoa 2002
Mattelart. La comunicación mundo. Fundesco Ibidem
Jorge Urrutia .Contribuciones al análisis semiológico del film .VVAA
Guy Debord. La sociedad del espectáculo.Ibidem
Jose Luis Brea . NO + TV.www.unia.es